Estaba yo camino a casa, aburrido y escuchando un par o tal vez miles de señales en mi mente.
Creando o creyendo en señales, viendo un par de religiosos y un par de tontos.
Escuchando a mi corazón e ignorando mi mente.
Decidí ir, sentía dentro de mí, el motivo, el sentimiento dentro de mí de verte una vez más.
Te fui a buscar, no te encontré, no nos vimos.
A pesar de sentir o ver esas cosas, dentro de mí estaba algo que me decía:
Es hoy, no mañana o pasado, hoy no será igual que mañana.
Regrese a casa, almorze muy rápido, me aliste.
Fui en su búsqueda por segunda vez, algo ansioso y muy nervioso.
La vi, hice como si no hubiera pasado nada, actué de la mejor manera.
Hasta que me vencí, me derrote, pues yo no era fuerte a su lado.
Era un idiota más enamorado, la abrace, sentí muchas cosquillas dentro de mi.
¿Que era? Pues era puro amor, toda mi actuación se destruyo y resalto mi lado más sensible.
Mi lado más profundo y más lindo, mi lado verdadero.
Y es que nosotros los humanos podemos parecer crueles o mentirosos.
Pero solo basta un poco de amor, para destruir la muralla y montaña más grande.
Tal vez lo que acabo de escribir amig@ no te parezca muy romántico o elaborado.
Pero sé que me entenderás cuando te diga que estoy enamorado.
No hay comentarios:
Publicar un comentario