Una mente descubre los bosques a tu alrededor y apenas comienza.
No crea deforestación, ni mucho menos calentamientos solares, globales.
Solo anda por ahí descubriendo lugares que los imanes muestran de uno en infinitos.
Y aunque en blanco y negro te descubres, las películas en color aún se encuentran.
Aunque como volcán o huracán de mente vuelas.
Las construcciones y mundos desaparecen para liberar la alquimia que anduvo escondida en la calle triselda.